Las modas van y vienen. También sucede en decoración. Por ello, aunque en los 90 se tenía como una costumbre anticuada utilizar papel pintado para vestir la pared, en los últimos años es una tendencia decorativa en auge gracias a los muchos estilos que permiten su gran variedad de dibujos, estampados, colores y texturas. Actualmente hay dos tendencias: los rollos de papel con motivos clásicos (dibujos de cenefas, flores, rayas…) y los rollos con dibuyos de fantasía, composiciones geométricas estilo años 70 ó siluetas humanas, entre otros ejemplos. A la hora de decantarse por un motivo u otro, hay que tener en cuenta detalles como los metros cuadrados de la estancia para elegir papeles que aporten sensación de espacio, luminosidad, profundidad, etcétera, y el tipo de espacio que se trate: un salón de estar, un dormitorio, una tienda de música… para elegir un motivo acorde con las circunstancias.
Como regla general, para dar sensación de amplitud se recomiendan papeles lisos o con estampados discretos, los cuales, además, permitirán excesos decorativos en tejidos y cortinas, por ejemplo. Si la estancia es muy amplia, se pueden elegir papeles con dibujos o estampados ya sean de estilo barroco o pin-up. Otra nueva propuesta que resulta discreta y elegante es elegir una sola pared de toda la estancia para empapelar con un estilo vistoso y dejar el resto de paredes en blanco o con algún color complementario. Además, los papeles con toques dorados o plateados destacan entre las diferentes tendencias; los dorados aportan un toque más clásico y los plateados más actual, aunque ambos aportan un toque de glamour decorativo. Otras posibilidades a elegir son los papeles con referencias Pop Art, donde incluso siluetas y rostros de estrellas sirven de motivos pictóricos para vestir las paredes. Más elegantes e incluso con un toque elitista son los que reviven la corriente Art Noveau, con motivos que hacen referencia a elementos naturales, y con atractivos colores especialmente metalizados. Otros motivos pictóricos que se introducen en los papeles pintados son las panorámicas de Zuber, a modo de frescos o pintura mural, el papel japonés que imita materiales naturales como la rafia, el bambú o el yute, e incluso con imitación a mármol o madera.
En cuanto a texturas y calidades del papel pintado, en el mercado se encuentra desde el más básico y económico (que sería el papel de celulosa de toda la vida), a papel gofrado que tiene una sola capa de barniz y es recomendable para habitaciones con humedad. También hay papel vinílico, ignífugo, impermeable y lavable (también antihumedad y antimoho) siendo apropiado para zonas de mucho trote o viviendas con niños pequeños, ya que puede lavarse con agua y detergente, secándose con paños secos. Además, algunas firmas los ofrecen pre-encolados. También hay papeles resistentes a los golpes o de escayola, sobre los que se puede pintar. Eso sí, cuanto más novedoso o exclusivo, más caro será el rollo de papel, aunque finalmente el resultado merezca la pena.
Por último, a pesar de que la colocación del papel pintado parece, aparentemente, complicada, una vez que se ha sacado el truco, se vuelve bastante sistemático. Sí es conveniente que las paredes estén preparadas para la faena, es decir, limpias sin restos de polvo, de capas de pintura o incluso de papeles pintados anteriores. Por cierto, resulta igualmente conveniente que a la hora de comprar varios rollos de papel, todos ellos pertenezcan al mismo lote de producción porque, al igual que ocurre con la cerámica, puede presentar diferentes variaciones en cuanto a tonalidades.